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La muerte de Kim Sae-ron subraya la enorme presión que sufren las celebridades surcoreanas

— En los aproximadamente 1.000 días que transcurrieron entre su accidente por conducir ebria en mayo de 2022 y su muerte, los principales medios de comunicación de Corea del Sur publicaron al menos unas 2.000 historias sobre la actriz de cine Kim Sae-rom.
Ilustran cómo los medios locales suelen cubrir la caída en desgracia de una celebridad. Kim, que antes era una de las jóvenes estrellas más brillantes del cine surcoreano, fue condenada y ridiculizada por conducir borracha, por hablar de sus problemas económicos tras perder papeles, por aceptar un trabajo en una cafetería, por intentar volver al teatro, por salir con amigos en lugar de “mostrar remordimiento” y por ser vista sonriendo en el plató mientras rodaba una película independiente.
Después de que la actriz de 24 años fuera encontrada muerta en su casa el domingo, los titulares, como era previsible, se volcaron a pedir cambios en la forma en que se trata a las celebridades en el ámbito público.
La muerte de Kim, que la policía considera un suicidio, se suma a una lista creciente de muertes de celebridades de alto perfil en el país, que algunos expertos atribuyen a la enorme presión que enfrentan las celebridades bajo la mirada de unos medios implacables que se aprovechan de cada paso en falso.
